lunes, 6 de octubre de 2014

Segundo tiempo

,,Nunca digas de este agua no beberé, este cura no es mi padre. ni lo peor que me podía pasar en mi vida ya lo he pasado... Nunca sabes l0 que el destino te depara, y en mi caso esta últimamente frase ,, que utilizaba con frecuencia, se ha vuelto en mi contra.

Es la segunda vez que escribo esta entrada, la primera vez hace un par de semanas en el hospital y sin querer la borré, ahora no me acuerdo exactamente lo que escribí, era una mañana que me desvelé y me entraron ganas pero me imagino que me saldrá algo parecido, sino los hechos son los hechos.

Bueno como la mayoría de los que os asomáis por aquí sabéis, desgraciadamente, el cáncer ha vuelto, ha vuelto agresivo y fuerte, ha vuelto dañándome y sorprendiendo a mis seres queridos, el que nunca fue llamado y el que no es querido ha vuelto y ahora toca volver a empezar, pero es una mentira porque esto no es volver a empezar, el es más fuerte ahora y yo estoy más débil, se trata de coger fuerzas y vencer y en eso estamos.

Como si de una ciudad maldita se tratase (aunque para mí no sea tal cosa) ha sido otra vez en Edimburgo donde me he dado cuenta, como os conté iba a pasar dos semanas, a disfrutar la ciudad, de mis amigos allí, enseñarles lo bien que lo había hecho y lo bien que estaba, pero una vez más no ha podido ser. Estando allí, casi desde el primer día (no se si provocado por el avión) me costaba un poco respirar, yo lo achaque al cambio de latitud, pero lo cierto es que cada día me encontraba un poco más fatigada al hacer esfuerzo, tenía una leve presión en el pecho y un dolor punzante aunque también leve en la parte trasera de las costillas abajo. Cuando bebía rápido me entraba tos, así como cuando me agachaba y además al estar tumbada me costaba respirar. En fín, que después de 5 días allí y de que todo se acentuase poco a poco se lo comenté a una amiga médico que justo venía ese día a Edimburgo para el festival y me recomendó que fuese cuanto antes al hospital porque podía tener un neumotórax o un trombo pulmonar, he de decir que se asustó bastante y yo le restaba importancia, ahora desearía que hubiese sido eso. Cuando Jenny, la amiga en casa de quién me estaba quedando, volvió de hacer unos recados le comenté la preocupación de Lorena, ella sorprendida la restó importancia, según ella, en lo cual yo coincidía, mi estado físico era buenísimo a simple vista ninguna de esas dos cosas me podían estar pasando, yo estaba de acuerdo, tenía mi plan del día y una visita al hospital no entraba en ello. Como la preocupación de Lorena era grande le pedí a Jenny que me hiciese un chequeo general, viendo mis piernas se descartaba una trombo, en cambio al medir mi pulso se dio cuenta de que estaba un poco taquicárdica y fue definitivo que al auscultarme en la zona del pulmón no se escuchaba actividad pulmonar en la zona donde comentaba que tenía dolor. Dadas las circunstancias decidimos ir al hospital, las dos bastante tranquilas, yo tranquila porque Jenny estaba tranquila tenía pinta de infección, nada de neumotórax ni trombo y bueno metástasis quedaba fuera de las opciones porque por qué.


Una vez en el hospital pasas varios filtros, el primero una especie de administrativa a la que le cuentas un poco por encima y le das tus datos, menos mal que mi número de seguridad social de allí funcionaba aún, porque yo en mi empanada de por qué me va a pasar a mí nada ni la tarjeta europea me había llevado. En fin, lo siguiente es una enfermera, que era igual de simpática que la médico escocesa que me vío lo de la rodilla año y medio antes y que básicamente me dijo que si por un resfriado iba al hospital, a lo que Jenny saltó rápidamente poniéndola en conocimiento de mis antecedentes, ahí el tema tomó otro cariz, me trajeron a un médico que aquí sería un MIR, que me hizo un examen mas exhaustivo, me pregunto de todo, me sacó sangre, me hizo una prueba para la frecuencia cardiaca, otra para el oxígeno y me pidió un radiografía de tórax y estando con el entró lo que creo que sería el adjunto, que como Jenny había estado trabajando en este hospital hasta hacia unas semanas conocía. La verdad es que todos muy correctos e implicados. De aquí me pasaron en batita a otra sala y de ahí a otra zona más privada con camilla y cortinita, me exploró otra doctora, que también me hizo preguntas y se fue a comprobar las pruebas, y cuando volvió, con cara de algo no va bien, me comentó que no tenía buenas noticias y que si necesitaba un minuto, yo no necesitaba un minuto necesitaba que me tragase la tierra porque sabía lo que me iba a decir, así que me explicó que en la radiografía se veía que el pulmón tenía liquido, causado, aparentemente, por unas lesiones no identificadas ,ella no me decía claramente lo que yo no quería escuchar pero como a mi me gustan las cosas claras, afirme que tenía metástasis y ella me dijo que no podían confirmar pero que parecía que si,  y más tarde así los expresó e n el informe "potential secondary cáncer", y yo aquí simplemente me derrumbe y empecé a llorar, y la pobre Jenny, que se ha visto envuelta en esto sin necesidad conmigo. Pero después de unos minutos me recompuse, que estaba haciendo llorando tampoco iba a solucionar nada, y en cierto modo yo me lo estaba esperando, es verdad que no tan fuerte ni tan pronto, pero también es verdad que había algo dentro de mí que sabía que esto iba a pasar, he vivido el verano con ansias de vivir, dentro de lo que mi cuerpo me ha permitido, y he ansiado que todos mis seres queridos viviesen cada uno de esos segundos conmigo hasta el punto de desagradar en alguna ocasión.

Me ofrecieron tratarme lo del líquido allí y demás pero vieron bastante acertado que volviese a casa lo antes posible y tras confirmarme que no había problema con que volase eso hice. Y la maravillosa Jenny conmigo, salimos las dos a la mañana siguiente desde Glasgow ( trayecto hasta allí cortesía de mi querida familia escocesa los Stewarts). Desde Edimburgo no había vuelos hasta 4 días después y aunque a mi es lo que me gustaría haber hecho no estaba la cosa para eso. Yo había estado comunicada desde esa mañana que me noté extraña con mi tía Marga , y esperaba que ella pudiese contárselo y tranquilizar a mi madre, pero como estaba de guardia tuve que llamarla, la pobre, imaginaos el susto. Pero bueno la cosa es que pasase lo que pasase al día siguiente, yo estaba bien así que como lo del hospital y comprar los vuelos no nos tomo demasiado tiempo, yo continué con los planes establecidos, me fui con Marcus, el más pequeño de los niños que cuidaba a ver un espectáculo de risa, después nos fuimos a una feria de libros y de ahí a tomar un chocolate caliente porque llovía, allí nos recogió su padre y fuimos a cenar a su casa y para terminar al día fui a tomar una coctel y a ver un concierto con su madre. Como ya era tarde volví a casa a hacer la maleta y tras estar hablando una rato con Jenny y David (su marido) me dormí con San orfidal. Como a quién madruga Dios le ayuda al día siguiente madrugón y vuelo de vuelta a la realidad.

Ni yo ni Jenny nos merecíamos irnos directas al hospital, yo porque sabía lo que se avecinaba y Jenny porque aunque es irrecomplensable lo que hizo por mí, tenía que ser recompensada. Así que ahora que ha vuelto "lo que diga Belén", Belén decía que íbamos todos a comer al chiringuito, digo todos porque por aclamación popular tuve recibimiento familiar en el aeropuerto, así "semos". Después de un rato de sobremesa, respirar mucho yodo y que me diese un poco el sol, fui a casa al hacer mi kit de supervivencia en el hospital y de allí al clínico. Y bueno, puedo decir que en ese momento se abrió lo peor que me ha pasado hasta ahora (esta vez lo voy a decir así), tras marear la perdiz un poco en unas urgencias absolutamente colapsadas, en gran parte de borrachos de la feria, decidieron lo que podía tener (lo  cuál venia diciendo porque vine con pruebas e informe de allí) y me metieron en observación, mi noche en observación fue indescriptible y no es una exageración, nadie se podía quedar conmigo ya que aquello es una especie de UVI, la gente que había a mi al rededor no se si os lo imagináis uno deliraba en un idioma que no se decir que era, otro señor estaba atado a la cama y no dejaba de intentar lanzarse de cabeza, la señora de enfrente murió o eso me parecía a mí y otro desapareció y yo estaba dormida no se a donde pero vamos me lo figuro. A mi me desnudaron y me metieron en la cama y allí me quedé sola, despierta y sin entender, yo no me encontraba mal y la sensación de miedo y abandono, en fin, horrible. A las tres de la mañana me despertaron para pincharme el pulmón y ponerme el drenaje, me pusieron la anestesia y como no dejaba de temblar y de marearme decidieron dejarlo para un rato más tarde. Ese momento más tarde no llegaba, me desperté a la mañana siguiente y el mismo panorama, como no te puedes mover porque tienes lo chupones en el pecho, yo le decía a las enfermeras que qué pasaba y ellas que ahora vendrá el médico, iban pasando las horas y yo me iba enfadando, la noche anterior nos dijeron que mi madre podía volver a las 8 y verme lo cuál fue una gran mentira para que nos callásemos. A la mañana siguiente me enteré de que el horario de visita de observación era dos familiares a las 12 cuanto menos tiempo mejor, así que yo seguí preguntando por mi médico y ya a las 11.30 cuando estaba harta y no entendía por qué si dejarme allí era una urgencia para pincharme el pulmón porque había muchos riesgos, por qué no lo habían hecho ni nadie venía a explicarme nada, insisto que yo no me podía mover.  Así que cuando por fín vino mí médico me dijo que no era su única paciente, que había gente muriéndose y que aunque mi enfermedad era muy grave yo no era una urgencia. (He de decir que todo médico que me vió antes dejaba abierta la posibilidad de que solo fuese una infección pero esta se lanzó a la piscina sin ningún tipo de confirmación). Y por otra parte, cuando me dijeron que me dejaban ingresada la noche anterior yo si era una urgencia, porque como decía el médico el pulmón me podía colapsar en cualquier momento. Yo solo quería que me hiciesen para lo que se supone que me habían dejado allí, que era tan importante y que valía que hubiese pasado tan mala experiencia. Así que,después de mi insistencia, me hicieron la punción y el drenaje, y dejaron pasar a la mis padres, y al rato me subieron a planta.

Me subieron a la planta 5, ya que en un principio no estaba claro lo que tenía, lo oncólogos si lo tenían bastante claro, pero los neumólogos pensaban que podía ser una infección, no hubo esa suerte. 

Como me esta doliendo bastante revivir esto voy a resumir. Al día siguiente me bajaron a oncología, como mi oncóloga estaba en sus dos meses de vacaciones he tenido un mix de oncólogos, que según mi opinión no querían tomar decisiones en solitario, por lo que he tenido que esperar hasta cada martes que se realizaban las reuniones de sabios. En un principio el oncólogo que tuve estuvo dando palos de ciego una semana, así que para cuando decidieron ponerme la quimio había cogido una bacteria, así hasta tres veces por lo que mi estancia en el hospital se alargó más de lo deseado por todos. Y tras tres semanas, tres tubos, quitarme el reservorio y agotar mi paciencia empecé con la quimio, los efectos secundarios de esta los comunes a todas más algun otro más raro y peligroso que por suerte a mi no me afectado.

Cuando terminé la quimio, seguiamos liados con el líquido y los tubos, los neumólogos me lo movieron otras dos veces, y pretendian ponerme otro mas gordo, pero la oncóloga que me estuvo viendo las últimas semanas y que aportó un poco de luz y positividad al tema decidió que si podía respirar con el líquido que tenía mejor que me fuese a casa. 

Y tras un mes y una semana de hospital, mi récord entre los récord y lo que nunca pensé que fuese posible, aquí estoy, en casa. Los primeros días han sido difíciles, tengo un agotamiento general, físico y mental, mezcla de quimio, dolor, tanto tiempo encamada, falta de capacidad respiratoria, el tute de los antibióticos y el saber lo que es. La primera vez era nueva, pero ahora se lo que viene y eso me frustra y entristece. También me pasa que paso más tiempo sola y eso nunca me ha venido muy bien, mi mente divaga en dirección a los peores pensamientos, debe ser otra tara genética. En el hospital no he pasado ni un minuto sola, gracias a mi familia y amigos, con voluntad y esfuerzo por parte de todos y sobre todo los que más horas han echado, porque ni es agradable para mi ni lo es para nadie, pero ahora que estoy en casa es diferente, es incluso diferente al año pasado, mi madre ahora no ha podido coger baja y mi amiga M que estuvo el año pasado a partir de febrero para dar paseitos mañana si mañana no, ya no está aquí, y mi "incapacidad" física hace que tampoco pueda ir a nadar con R. Y como resultado tenemos a esta Belén pesimista y apática que espero que se vaya ya para dejar volver a la Belén positiva y luchadora.

B