miércoles, 4 de marzo de 2015

Batalla ganada II

Bueno os sigo contando, quizás me estoy alargando (sobre todo para los que lo habéis vivido) pero es que me gusta a veces tomar esto como una especie de diario que después me sirve a mi también para recordar.

Esa noche apenas dormí, por el ruido, por el dolor y por la incomodidad, porque de verdad tenía cables y vías por todos lados, hasta en mis partes, esto de que te duerman y puedan hacer contigo lo que quieran mola hasta que te despiertas... jaja. Por la mañana estaba deseando que me subieran a planta y así fue. Por donde salía la camilla estaban mis padres y mi tía M, que ilusión me hizo verlos, como anécdota os cuento que tenía un pendiente en el ombligo, una especie de aro desde hace muchísimos años que en varias ocasiones había pensado quitarme pero por más que lo intentaba no podía, estando en la UCI me toque la barriga y sorpresa, el pendiente no estaba, en cuanto nos montamos en el ascensor los cuatro y el celador, les dije que si me podían explicar donde estaba mi pendiente, y ellos se echaron a reír diciendo que se notaba que estaba perfectamente si era eso lo que me preocupaba. Simplemente me dio curiosidad, y resultaba que me lo había quitado porque al ser metálico me podía quemar cuando usasen en bisturí eléctrico, fín de la conversación =).

En cuanto me subieron a planta me cambiaron de habitación porque los familiares de mi compañera de habitación tenía gripe, un poco presión de mis familiares, pero dí las gracias, porque si hubiese tenido que estar tan incómoda y en una habitación tan pequeña con toda mi gente allí sin poder pasar, no me gustaba la idea. Y no pude tener más suerte, me pusieron en una doble solita. Y allí tuve rotación continua de mis queridos.

Ese mismo día me empezaron a quitar vías y tubos, y por la tarde me hicieron sentarme en el sillón, y de ahí todo rodado cada día mejor, tanto que el lunes me querían dar el alta. Finalmente tuve que esperar hasta el martes para volver a casa, cosa que también prefería porque durante la noche del domingo al lunes sentí un poco de insuficiencia respiratoria.

La verdad es que no me podía imaginar que iba a ir tan rápido, pensaba que iba a estar mucho más tiempo en la UCI e ingresada después. Todos estaban muy impresionados de lo bien que me estaba recuperando y yo la primera. Lo cierto es que estaba tan feliz, había llegado en tan buena forma tanto física como anímica y me lo han hecho todo tan bien, que tenía que ser de esta forma. Desde el día que me subieron a planta, me obligaron a empezar a hacer bolitas, sentarme en el sillón y levantarme para ir al baño. La verdad es que no pensaba que fuese posible pero se me fué pasando el efecto de la anestesia y demás y resultó que estaba hasta más cómoda en el sillón.

Mis, ni 5, días en el hospital estuve entretenidisima, se me pasaron volando. Es una suerte tener tanta gente que te quiere, tanta, que ni hay que hacer turnos porque siempre hay más de los que pueden estar en la habitación.

Además estoy super agradecida por el trato recibido por el equipo de la planta de cirugía torácica. Desde el primero al último, porque desde el momento que llegué me he sentido protegida y cuidada. Todo el personal ha sido muy cariñoso y atento y creo que es admirable la calidad humana de estos profesionales. Durante esta época de mi vida he tenido ocasión de tratar muchos tipos de enfermeros, celadores, etc, la realidad es que hay veces que trabajan bajo una gran presión, largos horarios, recortes de personal que implican más carga de trabajo y peores medios, tema a parte que cada uno tiene sus historias personales; pero en el caso de esta unidad, todas esas circunstancias, que pueden provocar malestar, no llegan al paciente, porque para ellos el paciente y su recuperación es lo único que importa. Así lo he sentido yo, y estoy muy agradecida.

En estos días os iré contando más cosas :)

B

pd: la comida del Reina Sofía está bastante buena, que tomen nota los demás hospitales del SAS.

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