Hola a todos los que estáis al otro lado de la pantalla,
Me dispongo a escribir porque varias personas me han comentado que personas a las que en algún momento les contaron sobre mi existencia y la de este blog, o por un medio u otro han dado con él, han preguntado cómo estaba y por qué no escribía.
Lo cierto es que me cuesta ponerme, mezcla de sentimientos, de no saber bien que contar, de algunos problemas que tuve con relación al blog (alguien que en cierto modo se extralimitó y pasó de ser mero lector a parte, algún día lo explicaré mejor, ahora prefiero que pase tiempo). En fín, una mezcla de todo ha hecho que me dé un poco de pereza, pero la verdad es que me siento en deuda con todos los que en algún momento os habéis acercado a mi historia, me habéis seguido, os habéis preocupado y alegrado y, en definitiva, me habéis mandado vuestra fuerza y energía en la distancia, que he sentido y os lo agradezco. Me hace muy feliz el hecho de que sin conocerme o sin tener relación conmigo os hayáis sentido tan cerca y me dediquéis palabras de cariño en relación a lo que habéis leído aquí, o simplemente os toméis el tiempo y la preocupación.
Os pongo un poco al día. Terminé la quimio, fué una semana muy intensa. Tenía las emociones a flor de piel y estaba inmensamente feliz, no tan feliz como el año pasado cuando terminé la quimio, porque esa felicidad fue del que ha vencido.
Esta felicidad era más realista, más con los piés en la tierra. Era felicidad del que termina con algo, y aún sabiendo que el futuro es incierto, se alegra de que van a dejar de pincharle, no tendrá que ir al hospital y de algún modo se mantendrá cada vez más lejos de todos esos malos recuerdos que allí se provocan.
Por circunstancias de la vida, esta quiso que esa semana fuese aún menos dulce. Mi tío abuelo ingresó en el hospital para dejarnos definitivamente días después, y mientras mi familia estaba junta en Granada, incluso mi madre se fue el jueves, yo me tenía que quedar en Málaga para terminar la quimio. El sábado me fuí a Granada, y fueron dos días, de hospital y cementerio. Quizás no es la mejor decisión que he tomado en mi vida pero yo quería estar con mi familia, quería ser de apoyo para quien tanto lo ha sido para mi. Digo que no fué la mejor decisión que he tomado porque como os he dicho era una bomba de relojería en lo que a las emociones respecta. El hecho de que mi tío muriera de cáncer no tiene tanto peso porque con 89 años, cualquier cosa puede ser determinante, pero el pasar tiempo en el hospital esperando, y después en el cementerio, fue una prueba a la que quizás no me debería haber sometido.
Venía de una semana sintiéndome mal porque no podía compartir mi alegría con quien he compartido todo durante estos años, por una parte me molestaba que todo estuviese sucediendo así y por otra me castigaba por ponerme por delante de quien realmente estaba sufriendo, no quería ser egoísta pero la realidad es que yo estaba feliz por mí y a la vez me sentía mal de que así fuese. Y por otro lado si ahora alguien me pidiese consejo a mí sobre qué hacer, le diría rotundamente no, no fue una buena idea. Estar en esos sitios solo me hacía pensar que eso sería lo que viviría la gente si yo me muero pronto, me veía yo en el ataúd, pensaba cómo estarían los demás, si harían las mismas cosas, si se comportarían igual, pensaba en como si o como no me gustaría que fuese mi funeral, en resumidas cuentas era como estar viendo mi entierro desde fuera, muy desagradable. Además del hecho de que estaba como si me hubiese pasado un camión de doce toneladas por encima pero con la adrenalina del que termina un ironman. En fin, me ha costado. Quizás me debería haber mantenido un poco al margen por mi bien, tampoco pensé que iban a ser jornadas tan maratonianas pero ya no puedo volver atrás, y de cualquier forma me alegré de estar con quien quiero. Fué una bonita despedida para una persona de 89 años, que creo que ha sido muy feliz y ha disfrutado plenamente de la vida, siempre es triste que alguien se vaya, sobre todo para sus hijos, nietos y mujer, pero en cierto modo me consuela y alegra que la gente se entristezca con su pérdida, porque teniendo en cuenta que se fue sin sufrir, no muestra más que el cariño que se le ha tenido y lo que lo van a echar de menos, hay algo más bonito que cuando te vayas te echen de menos, lo has tenido que hacer muy bien para eso y ese es con el recuerdo con el que yo me quedo. Yo sigo echando de menos a mi abuelo, no hay vez que no vaya a su casa que no piense en él, lo he echado infinitamente en falta durante esta fase, aunque me alegro de no haberlo hecho pasar por esto, y envidio a quien todavía puede disfrutar de ellos. La verdad es que nunca te das cuenta lo fácil que es que una persona no esté, y después el tiempo no vuelve para nadie, disfrutad de la gente que queréis ahora.
Junto con esta montaña rusa de sentimientos, está un finde de escapada rural en familia que tampoco me hizo mucho bien, cada día estoy más en desacuerdo con parte del refranero español y "quién bien te quiere te hará llorar" puede ser un ejemplo gráfico de esos tres días, y no, quién te quiere no te hace llorar, menos en mi situación menos ahora. Mi destino no era tener una relación paterno-filial 10, se ve que tampoco 3, 2 ni 1.
Y de aquí pasamos a las revisiones, mi primer control fue solo de sangre, he estado baja de defensas pero poco a poco me voy recuperando. Ahora pasamos a las revisiones cada 3 meses más o menos, tengo mi primer TAC esta semana. En la última cita con la oncóloga retomamos la conversación TACs si TACs no, yo ahora lo tengo bastante más claro que el año pasado, y además el cirujano torácico opina que por ahora es mejor hacer todos los TACs que me tocan por lo que la decisión está tomada. Y en esas tuve ayer el TAC y una radiografía de rodilla. Fue todo muy bien, no me ponían contraste así que fue un paseito podría decir. Aún no se nada ni lo sabré hasta el 15 de junio. Ya no pregunto y se esperar. Por ahora ni siquiera estoy nerviosa, me siento bien, estoy cada día más fuerte y tengo esperanza. En realidad solo quiero que pase un poco de tiempo para recuperar mi vida, aun con todas las dificultades a la que me voy a tener que enfrentar, me apetece mucho vivirlo. Todavía no se bien en que se va a concretar pero me quiero dar unos meses de margen, el año pasado corrí mucho y al mes estaba trabajando y este año quiero descansar y colocar cada cosa en su sitio (emocionalmente), para volver a empezar con una base bien asentada.
Esto es a grandes rasgos los que ha sido de mí este mes y medio, eliminación de la quimio, mucho gimnasio (aunque a la operación biquini de este año no llego) y una escapada a Tenerife estupenda, llena de comida rica, largas tertulias y mucho amor, y eso es todo lo que quiero a partir de ahora.
=)
B