Qué raro soñar, y qué extraño se siente. ¿Cuántas veces nos hemos despertado agitados por una pesadilla y nos ha costado unos minutos darnos cuenta que estábamos soñando? A mi me había pasado muchas veces, pero no ha sido hasta esta época en la que efectivamente mis peores sueños era mi más cruda realidad.
Hay algunas pesadillas que a lo largo de estos casi tres años se me han repetido con frecuencia, soñaba que me dolía la pierna, me diagnosticaban cáncer y me operaban de la pierna, solía coincidir con días que me dolía especialmente la pierna, por sobre esfuerzo o por cualquier otra razón. Me despertaba y miraba a mi alrededor, y pensaba medio dormida aún que solo era un sueño para unos minutos más tarde sentir que efectivamente mi pierna no era la que era o sentir la calva en contacto con la almohada. Del mismo modo durante la segunda fase con el pulmón me pasaba, soñaba que se me reproducia el cáncer, que no me podían operar y más tarde me daba cuenta de que no era más que la realidad.
Desde que terminé la quimio me ha pasado un par de veces, pero sobre todo hubo una en la que me transtorno durante horas. Me desperte llorando y con mucha angustia, el sueño había sido demasiado real, cuando salí del sueño, como os he contado, pensé que solo era un sueño pero cuando me dí cuenta que no lo había sido me sentí francamente mal y me costó bastante rato convencerme a mi misma de que efectivamente me había pasado pero que no me tenía que preocupar porque ya estaba bien. No soy especialmente supersticiosa, pero siempre he oído que para que los sueños no se cumplan hay que contárselos a alguien por lo que se lo conté a mis amigas y a mi prima después de un infructuoso intento de contárselo a mi madre, culpa de las dos, a veces padezco de poca paciencia cuando no logro que capten mi estado de ansiedad lo que no hace más que acrecentarlo.
Justo ese día me escribió una chica de Badajoz que ha pasado por lo mismo que yo, hace ya unos años, y con la que me pusieron en contacto el año pasado durante la larga hospitalización cuando me hizo metástasis en el pulmón. Me pusieron en contacto con ella porque también llegó a una fase en la que le habían dado poca o ninguna esperanza, a ella o más bien a sus padres ya que ella era más joven, así que ella podía tener más información sobre hacía donde ir o qué hacer. Desde entonces se convirtió en otro apoyo más, quizás un apoyo clave ya que en estos casos es fundamental sentirse entendida y quién mejor que ella para esto. Ella siempre ha arrojado luz, pero también ha sido clara con respecto a sus sentimientos, sus frustraciones y sus inseguridades que todavía duran porque cuando pasas por una enfermedad tu vida cambia sustancialmente de por vida, y más cuando tu cuerpo también ha cambiado, que ella me haya transmitido sus sentimientos a día de hoy me ha ayudado mucho, porque aunque su fase esta todavía a mucho tiempo de mis circunstancias actuales he podido tomar medidas para quitarme algunos lastres de la mochila, con ayuda del psicólogo, y que no se me "enquisten". Con respecto a lo de los sueños, ella me comentó que a día de hoy después de casi 10 años que terminó, se siguen repitiendo y que el día que los tiene, todo el día está echado por alto, cuesta concentrarse, tienes un pellizco en el estomago y un runrun en la cabeza. Como todo, se pasa, pero es como revivir algo que tu mente se ha esforzado en tapar que mayor o menor acierto.
Con esta reflexión de domingo os dejo, como siempre que me siento llamada por este blog os comento que mañana tengo la siguiente revisión, para la que estoy plenamente esperanzada porque me siento de lujo.
"Nos prometieron que los sueños podrían volverse realidad, pero se les olvidó mencionar que las pesadillas también son sueños"
-Oscar Wilde
B
Pd: he empezado a "trabajar" en un despacho y no puedo estar más contenta, me siento feliz de retomar mi vida y de exprimir todo lo que puedo dar de mí en el terreno profesional. =)