Hay algo que si me ronda en la cabeza últimamente que es que estoy harta de vivir en esta montaña rusa de emociones, en la que un día estoy abajo, boca abajo o dando vueltas en espiral y otro día estoy arriba, muy arriba, sintiendo la adrenalina en la boca del estomago. No se si todos los casos serán como el mío pero no dejo de recibir buenas y malas noticias una detrás de otra, sin tener casi tiempo de asimilar.
En esta semana, el cirujano de Córdoba llamó para decirnos que tengo una cita para un TAC en Córdoba la semana que viene, y ya de paso comentar que por ahora se cancelaba la operación, así como si nada ahora vas y lo digieres. Imaginaos; caída en espiral hacía la desesperanza, porque el plan no es solo que no me operaban, que ya de por si era un mazazo, sino que además el "plan" era esperar... esperar, que lo que sea que tengo dentro creciese, eso que no obedece ni responde a lógica alguna, que puede no crecer nada en un mes y en una semana cambiar a estrategia de invasión total, de forma que haciendo pruebas con más periodicidad teníamos que dar con el momento en el que no fuese ni demasiado pronto (como parece que es ahora que los tumores han decrecido tanto que ni son palpables) ni demasiado tarde (que fuese una cirugía tan agresiva y peligrosa que no se recomendase) ni tan tan tarde que ya no haya nada que hacer. Cuando me planteó esto, entendedme que no se absolutamente nada de medicina, me pareció como echar la lotería y a ver si toca, me pareció que a partir de ahora se tenían que alinear las estrellas para que me curasen, porque es casi imposible que todo sea tan ideal y que lo que no ha sido hasta ahora posible fuese a serlo simplemente esperando. Porque también puede ser que empiece a crecer, el tumor que provocó el derrame lo vuelva a provocar, tener que ingresar, que me vuelvan a tener que poner el tubo en el costado, que coja una bacteria, otra bacteria y otra más, con la suerte que tengo no sería tan raro... en fín que no lo veía, así que me hundí, lloré mucho y tiré la toalla porque ya estoy harta de esto, de tener la vida parada, de luchar todos los días por no hundirme y por vivir sin tener ni el mínimo de recompensa, de estar calva, de estar floja, de estar condicionada, de ser dependiente, de que me pinchen, de tener que sonreír cuando lo que quiero es matar, de no poder decir que creo que me voy a morir porque tengo que ser positiva, de tener que comprenderlo todo cuando no creo que nadie entienda ni una milésima parte de lo que estoy pasando, del miedo que tengo, de todo lo que me pasa por la cabeza, de que vivo constantemente con la idea de que es que me voy a morir, que ni llego al verano, que cada vez que veo algo que me gusta pienso que para que me lo voy a comprar si me voy a morir, nadie sabe lo que es eso y me da coraje hasta que intenten consolarme porque no hay consuelo, no hay consuelo en nada de esto porque por muchas veces que me lo digan, a nadie normalmente le pilla un camión al salir de casa ni le da un ataque al corazón o al menos no es su día a día, y en todo caso preferiría que me pasase eso porque así no tendría que vivir pensando cuando y como va a ser, sino que simplemente desaparecería.
Y de estos pensamientos destructivos y negativos, que no es que los tenga 24h, entendedme, es que me acompañan de forma más fuerte y menos a lo largo del día. El otro día, por ejemplo, en consulta con mi oncóloga de derrumbe y empecé a llorar y a decirle esto, que no tengo confianza y que otra vez me han quitado la esperanza y tal y ella al verme tan triste me comento que le extrañaba porque yo siempre entraba en la consulta con una sonrisa, y es que yo no estoy triste todo el día, normalmente intento estar contenta y bien, pero no porque no tenga todo eso dentro sino porque intento al menos disfrutar lo que tengo. En fin que de todo esto pasé a un poquito de esperanza el jueves, solo un poquito y os explico porqué. El jueves tuvimos cita con mi oncóloga y nos explicó que ella había vuelto a hablar con el cirujano y que habían decidido retomar la cirugía porque ella le había explicado que en mi tipo de cáncer hay muchas ocasiones en las que la imagen del TAC no corresponde con lo que después encuentran al abrir, es decir que muchas cosas que viendo el TAC puede parecer que han desaparecido o que no van a ser palpables después abriendo si se aprecian, por lo que aunque quizás no fuesen capaz de quitarlo todo pueden quitar algo, y eso nos deja la incertidumbre para lo demás, y es por esto por lo que no tengo del todo esperanza. Porque por un lado tenemos que como ya he dicho alguna vez me dijeron que la quimio no curaba mi cáncer, por otro tenemos que parece que en mí la quimio ha actuado de forma excepcional porque normalmente no hace desaparecer o actúa tanto como lo ha hecho en mí, por otra que según ellos (oncóloga y cirujano) casi con toda probabilidad va a volver a aparecer donde estuvo aunque ahora no se vea (por lo cuál yo no entendía por qué entonces no quitaron todo aún cuando la operación que se planteaba era más agresiva) y por otra que puede que no. Así que ahora solo queda rezar, y poner velas, ahora sí que sí, porque antes me aferraba a la quimio, después a la quimio y a la operación, pero ahora que lo veo tan difuso que he perdido la confianza, y a esto me refería antes, cuando se lo dije a mi oncóloga ella me pregunto preocupada si no confiaba en ella, y yo claro que confío, es lo único que puedo hacer, en quién no confío es en el desarrollo o la reacción de la enfermedad porque hasta ahora las cosas solo se han ido torciendo y ni yendo tan mal me da la impresión de que todo está fatal.
Así que esa es mi montaña rusa, el miércoles tengo el TAC y a ver sino cambian de opinión, y mientras tanto, ahora que estoy recuperada de la quimio, solo quiero estar entretenida, no quiero hablar de como estoy ni de lo bien que va a salir todo, solo disfrutar un poco y vivir.
B
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