viernes, 23 de agosto de 2013

Respuestas y confianza



Desde que todo esto empezó me he convertido en una esponja de la información, los términos médicos se me quedan grabados en la retina sin ningún tipo de esfuerzo, llego al hospital con ansia de nueva información que me explique qué me pasa, por qué, qué puedo hacer para solucionarlo etc, pregunto incansablemente, a veces quizás de más, depende a quién preguntes...

El problema es que en muchas ocasiones, como enfermo, te ves abocado a la desinformación y a incertidumbre. La semana pasada me lleve un susto, una semana después del ciclo de quimio empece a marearme cada vez más, tras caer en la ducha accedí a ir al hospital, y una vez allí el oncólogo de urgencias me hizo un examen general, y sin decirme nada pidió pruebas. Me montaron en una silla de ruedas, y me llevaron de una a otra. Así aparecí casi sin caer en la cuenta en un TAC cerebral, y de nuevo se me vino el mundo encima, tanto que por el camino eche los churros con chocolate que tan amablemente me había traído R esa mañana, que desperdicio. El simple hecho de volver a meterme en esa odiosa maquina me aterrorizo y comencé a hacer cabalas de nuevo, quizás fueron diez minutos, pero se me hizo milenios, cuando la prueba termino quizás los médicos estuvieron un minuto hablando al otro lado del cristal viendo el resultado, pero de verdad que para mi fueron siglos, yo solo pensaba que lo que fuese que por favor no me lo contasen, ya no quería más malas noticias, no entendía porque estaba allí en esa prueba pero no quería saber nada más, en la inconsciencia se vive genial. Finalmente no era nada, mi masa gris esta perfectamente, nos lo dijeron hora y algo más tarde que también fueron como os imagináis siglos.

Me sabe fatal quejarme de estas cosas porque tengo amigas y familia que se dedican a esto, y no hablo de ninguna de ellas, pero de verdad que hay veces que los médicos deberían entender que tratan con personas y no con máquinas. Se pueden dar tres casos, el médico que te dice muchas cosas pero no entiendes nada, el que te lo explica en tu idioma y el que no te dice nada. El que odio es este último.

Las comparaciones son odiosas, ya os  he hablado de mi estupenda traumatóloga que  no solo tiene un don a la hora de operar sino que su cualificación engloba desde la A a la Z, el trato con el paciente es sin duda otro de sus fuertes y la confianza que crea en la persona que llega en el mas absoluto desasosiego es increíble, con esto no quiero decir que ella me diese todas las respuestas, hay muchas que ni ella tiene, pero si me dio toda la confianza. Por el contrario, en mis visitas a Hospital de Día, me encuentro con gente buena, buenos médicos, pero con un profundo malestar y miedo, nadie me explica por qué nada, ni siquiera tengo tiempo de preguntar, y el otro día fue sin duda la peor vez, yo fui por mareos y por dolor en el culo (fisuras por estreñimiento) en cambio me ingresaron por tener las defensas "bajillas", es todo lo que me dijeron el médico se fue y no obtuve más información, al día siguiente era fiesta y nadie vino a explicarme nada, y fue un día después cuando la médico de planta me explicó que no estaban bajillas, estaban por los suelos y que me quedaba al menos un día más.

Desde el comienzo de mi tratamiento he visto a la oncologa responsable de mi tratamiento una vez, me hablaron maravillas de ella, yo no tengo el placer, desde que se fue de mes de vacaciones, mas otro par sin sueldo, he pasado por tres oncologas diferentes, más los dos de urgencias en Hospital de Día, cinco, como me hace sentir eso, con más miedo. ¿Es normal?, no lo creo, ¿me afecta? a ratos.

La verdad es que creo que es importante que haya una "voz cantante" que te explique y te de respuestas, yo me las busco, ya sean familiares médicos o internet, pero no parece lo lógico ni lo mejor, porque este campo es suficientemente complejo como para el que trabaja en el se pierda, más para quien no es su especialidad y se le mezclan los sentimientos.

B

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