martes, 31 de diciembre de 2013

Agridulce Navidad

Puede que por el cansancio acumulado, por no contar con pasar la Navidad con los míos hasta el último momento,  porque en general estas fechas hacen que te pongas especialmente sensible o porque sencillamente no han sido lo que esperaba. Lo que a su vez puede ser porque estoy especialmente cansada no solo físicamente sino mentalmente, porque todo el mundo parece estar dispuesto a discutir por cualquier tonteria en lugar de tener conversaciones normales o porque nunca hay dos cosas iguales y estas Navidades han sido simplemente diferentes. 

He cogido mucha fuerza porque he recibido mucho cariño de los míos, mucho apoyo, y muchos piropos. También he cogido un par de kilos que me vienen de lujo para lo que viene. 

La cosa es que tenía tantas ganas de una Navidad en familia que puse demasiadas expectativas en ese día y en mí misma, sin darme cuenta de que yo, que hasta hace dos semanas iba y volvía al baño y me lanzaba en plancha en la cama del cansancio, no iba a aguantar ni bailando ni bebiendo ni despierta tanto como en otros tiempos, lo que me resultaba super frustrante, sobre todo al oír quejas y comparaciones con otros años porque en cierto modo cuando me entra la pena pienso, ¿y si fuese mi última Navidad? ¿y si no la he disfrutado lo suficiente y ya nunca tengo otra oportunidad? Pero lo cierto es que tampoco podía hacer nada para poner más de mi parte y supongo que tengo que entender que si que es diferente, no diferente malo sino simplemente diferente y que en el fondo para mí lo importante no era ni bailar ni beber sino simplemente estar.


B

No hay comentarios:

Publicar un comentario