jueves, 10 de abril de 2014

Como caídos del cielo

Hola a todos,

Ultimamente me cuesta bastante escribir, no se sí porque se me acaban las ideas, se me agota la inspiración o simplemente porque no tengo nada interesante que decir. Por eso las ultimas entradas me parecen sosas y sin mucha chicha, pero bueno es como la vida misma nadie va alumbrando 24/7. Aún así no quiero dejar pasar la ocasión de escribir esta entrada porque es algo que llevo queriendo hacer mucho tiempo.

No se si en todos los hospitales se da esta situación (se que no en todas las plantas de este hospital aunque las comparaciones sean odiosas), no se si los contratan con un criterio especial, si tienen un formación especial o si es simplemente una casualidad, pero los trabajadores de la planta de oncología así como los de Hospital de Día están hechos de una pasta especial. Y digo los trabajadores porque va desde la persona con más responsabilidad, cuya dedicación y trabajo se sale de lo normal, hasta el último mono pasando por absolutamente todos los de en medio, enfermeros, auxiliares, celadores, voluntarios, personal de limpieza, todos.

Estos maravillosos ángeles de blanco (y algunos de verde) muestran en el trato con el paciente como la profesionalidad y la humanidad puede fundirse en una ofreciendo un cuidado inigualable. Jamás encuentras una mala cara, ni una palabra mal dicha, ni entre ellos, ni a nosotros ni a los familiares, y lo de un malo día lo tiene cualquiera encuentra su excepción aquí, que aunque tenerlos lo tendrán nunca pasan las puertas del hospital, alguien lo puede llamar super poder ellos los llaman trabajo, un trabajo que a veces puede resultar poco gratificante al tener le lidiar con la más injusta de las realidades, como es esta enfermedad.

Pero en definitiva es lo que hace fácil el día a día aquí, encontrar siempre una sonrisa, que estén dispuestos a escucharte, aunque lleven 12 horas escuchando historias igual o peores que la tuya, a cuidarte y animarte. Curarte, tomarse el tiempo que haga falta para hacerte el menos daño posible, aún teniendo cada vez más carga de trabajo.

Tiene que ser difícil trabajar a diario con situaciones como esta porque en definitiva son ellos los que tratan al paciente, sin desmerecer el trabajo del médico, con quien pasas el tiempo, quien te pincha, quien te pone las medicinas y ve como te sienta es mayormente el enfermero y por todo esto jamás encontrare suficientes palabras de agradecimiento por todo lo que han hecho y seguirán haciendo por mi, más que un absoluto reconocimiento a su trabajo y agradecimiento infinito.


B


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