Esta entrada es una de las que probablemente me cueste mas escribir y aunque en el fondo de mi cabeza sabía que llegaría el momento no deja de ser dolorosa.
Hace unos 4 meses, fui al Hospital a hacerme una analítica de control justo antes de irme para el aeropuerto para coger el avión para irme unos días a Canarias, y saliendo de hospital de día me cruce a un chico joven que entraba, y en un segundo de contacto visual sentí una conexión con él, sentí que algo me unía a él, fue muy extraño pero mi cuerpo hizo "click". Salí pensando quién podía ser y recordé que hacia tiempo me habían dicho que había otro chico que tenía el mismo cáncer que yo y que llevaba muchos años sobreviviendo y aunque andaba perfectamente y solo tenía un cabestrillo en el hombro derecho, supe que era él.
Hice lo que me caracteriza que es investigar y como tenemos alguna gente en común pregunte sin cesar, la verdad es que todo el mundo estaba un poco reticente a darme información sobre él, y poco a poco fui entendiendo el por qué.
Es muy raro como en estos cuatro meses he querido saber todo de él, lo incluido en mí como alguien a quién tuviera muchísimo aprecio, he rezado por él, he llorado por él, he sonreído viéndolo sonreír, me he incluso imaginado como sería su vida, y no hablo de la conexión que siento por en cierto modo entender su dolor, angustia y sufrimiento, sino algo que va más allá.
Poco después de verlo por primera vez, su enfermedad fue ganando batallas así que por antojo del destino nuestras siguiente coincidencias volvieron a ser en el hospital, donde de nuevo solo he cruzado miradas con él, mi padre me recomendó que fuese a hablar con él que sino me arrepentiría, pero no fui capaz porque la verdad es que no quería molestarle, llegué a saber que había empeorado mucho y que estaba muy enfadado y lo entendía y lo respetaba y por lo que yo pude ver tenia tanta gente lo quería que no necesitaba una nueva adepta pululando por allí. No se como de rápido o lento se desarrollo todo pero si se que no estaba bien, y que en cierto modo ya habían perdido la esperanza, pero hay algo que Nacho nunca perdió y fue la sonrisa, una sonrisa estupenda, sincera, bonita, de corazón que se reflejaba en la cara de toda la gente de su alrededor, un regalo precioso para él y para todo el que le rodeaba, y sin duda el mejor recuerdo. Sus amigos tuvieron un gesto precioso hacía el, en el que tuve de gusto de participar que fue un mural con miles de fotos, de tanto seres queridos como gente desconocida, que participaron en ese mural de sonrisas, eso que a él le hacía tan feliz y que ha hecho que le caracterice, para mí es impresionante ver como alguien en esta situación puede ser una fuente incansable de esfuerzo por no transmitir pena y pesadumbre sino disfrutar de lo que le rodea y agradecerlo con una sonrisa. Como coincidimos ingresados cuando sus amigos le llevaron el mural, su madre me pidió de parte de Nacho que lo firmase, yo.... no sabía que decir, me quedé sin palabras sobre todo porque fue cuando me enteré de primera mano que no había solución que ya tenía demasiado y no había manera, lo que me enfado, agobio y entristeció, se que a este punto mucha gente piensa que hay mucha gente que muere de cáncer a diario y que no me puede afectar, pero no creo que mucha gente pueda sentir el miedo y la pena que se siente cuando una niño de 20 años muere de exactamente lo mismo que tu, cuando de las 3 personas que conozco con esto a día de hoy solo una sobrevive, no es ser pesimista es tener sentimientos y entre ellos el miedo.
Así que sí, Nacho falleció el sábado de madrugada, se ha ido para siempre después de muchísimo tiempo de lucha, dejándome, las ganas de luchar y el miedo de que esta no sirva para nada, pero sobre todo dejándome claro que sea lo que sea lo que me depare el futuro tengo que vivir cada día como si fuera el último, disfrutando de todo lo que me rodea y sobre todo con una sonrisa.
B :)
No hay comentarios:
Publicar un comentario