jueves, 17 de octubre de 2013

"Un mundo amarillo"

Hola a todos, hoy voy a hablar de un libro.
Como algunos otros libros que en otras ocasiones he comentado, leí este por recomendación, en este caso de un nuevo psicólogo al que fui hace un par de semanas. Parece que es un libro bastante conocido en el mundillo, pero yo la verdad nunca había escuchado hablar de él. Por contra, si había escuchado hablar de su autor y a todos os sonara por ser el protagonista de Planta cuarta. Yo la verdad  nunca fui capaz de verla porque me daba demasiada pena, y la verdad que para sufrir no suelo ver películas, quien me iba a decir que tiempo después lo estaría sufriendo en mis propias cara pero en fin. 


El caso es que el autor Alberto Espinosa, ya lleva un poco de literatura y cine sobre el tema y este libró es uno de ellos. Mi sorpresa al leer que tuvo exactamente lo que yo, con algunas peores consecuencias, fue bastante porque de no conocer a prácticamente nadie con el tema, ahora están apareciendo como setas, y casualmente a todos nos da por escribir, y casualmente también todos (hasta ahora) nacidos entre finales de octubre y principios de noviembre, son casualidades, pero me llama la atención, quizás alguna fuerza cósmica de esas que hablan por ahí sea la causante, ya lo reflexionare otro día, pero el tema va de escorpios.
Al meterme ahora en internet a buscar su trayectoria he visto que también es el autor de un libro al que le dí una primera oportunidad hace un par de semanas y al que termine dando carpetazo al ver  que para no varias el protagonista tenía cáncer, en ese  momento no me apetecía ni tampoco sabía que era de este autor pero quizás le dé una segunda oportunidad, es bastante reciente se llama Las Brújulas que buscaban sonrisas,  por ahora he decidido dedicarme a historias chorras de mujeres desesperadas o historias de amor, que resultan más entretenidas, menos dramáticas y requieren de menos atención, o también alguna obra de arte, también muy recomendada como La sonrisa etrusca que aunque requiera más concentración merece la pena.

En fin no me voy más por las ramas y os comento que me ha parecido a mi el libro y la experiencia. La verdad es que es un libro que no está de más leer; aunque no fuese la intención del autor es prácticamente un libro de auto ayuda o sucesión de consejos para personas con cáncer. A mi no me ha entusiasmado, no se sí conscientemente o no, lo encuentro un poco infantil, puede que este destinado a este público, pero lo que sobre todo me parece es una prueba de que gracias a Dios con el tiempo se olvidan las cosas, o las perspectivas cambian, porque dice cosas que yo que lo estoy viviendo en la actualidad, y no me considero en especial quejica, no son así. En concreto hay dos que me llaman particularmente la atención.

El dolor tal como lo cuenta, no tiene sentido y estoy en desacuerdo con lo que se cuenta entorno a él, aun siendo una cosa subjetiva existe, y no es malo, es un coñazo, pero por lo menos seguimos estando vivos para sentirlo y es algo con una finalidad y temporal. Ni siquiera me parece cierto que el cáncer no produzca dolor, y no hablo del "dolor" que provoca el miedo y el desazón, hablo de un dolor real y físico que, aunque sea una cosa subjetiva e individual, existe, dolor que fue por lo que me entere de que algo iba mal con mi rodilla, dolor tras la operación, dolor (uno de los peores para mi) cuando me quitaron las grapas, dolor para conseguir doblar la rodilla durante las múltiples sesiones de fisioterapia, dolor cuando tienes llagas, dolor con hemorroides, en fin muchos tipos de dolor, de diferentes intensidades. Pero pasa una cosa, que este dolor es el que te hace cada vez más fuerte, más resistente, y sobre todo y más importante, es temporal, y al igual que la lucha terminará en algún momento.
No creo que sirva de nada engañarse,  el dolor es un sentimiento como otro cualquiera y hace falta vivirlo, no hay que tenerle excesivamente miedo, porque además tenemos que estar agradecidos porque la medicina avanza y cada vez es más fácil evitar o aminorar el dolor, y este no supone el fin del mundo.

Y por otro lado en cuanto a la despedida que el autor hace de su pierna (debido al tumor se la amputan), me parece un método válido, porque en esto no hay una regla universal que sirva para todo el mundo, pero creo que es más fácil verlo y contarlo con 20 años de perspectiva y habiendo vencido, que contar el sentimiento real en el momento cero. Sin duda puede que me equivoque, pero me parece un poco ingenuo pensar que dando un fiesta para despedirse de un pierna por su amputación te liberas de toda tristeza. Aún así admiro la fortaleza de Albert y su entereza al afrontarlo, me alegro que a el le sirviera y animo a cualquier persona que crea que le puede servir a hacerlo. Pero me pongo en la situación y queréis que os diga me saldría mas bien un "no tengo el chichi para farolillos" que un "esto es una fiezta". De hecho cuando me dijeron que tenía lo que tenía, me puse a investigar por internet y llegue a una vídeos de una chica mexicana que teniendo lo mismo le tuvieron que amputar la pierna, y se me vino el mundo encima, pero tengo que dar gracias porque a mi me lo pillaron con más tiempo y, como ya he dicho más veces, tengo que estar agradecida a la sanidad española que en este caso dista mucho de la mexicana por desgracia para ellos, una injusticia. El otro caso que me hace pensar y que a mi me obsesionaba y creo que aún no he conseguido asumir, es el caso de el cáncer de mama, me imagino a una mujer que le digan que le van a quitar un pecho y no veo la manera de que dándole una fiesta lo pueda superar así sin más. Bien es cierto que ya en muchos casos ya no es necesario porque en este aspecto la medicina también esta avanzando, y me alegro muchísimo.

Por lo demás en general el libro se deja leer, pero estando dentro os digo que cada día el mundo se ve de un color, pero cuesta verlo de ese amarillo.

B

No hay comentarios:

Publicar un comentario